Educación artística
Con
rezagos históricos y sin profesionalización
Concebida como materia poco relevante
Muchas y diversas voces en el mundo,
como las de artistas y científicos, profesores, periodistas y ONG
especializadas en el tema, así como la de la UNESCO, reclaman, con argumentos
difícilmente refutables, la necesidad imperiosa de fundir el arte con la
educación durante la formación elemental. En este comunicado, Observatorio
reflexiona sobre el estado de la educación artística en el país. ¿De qué manera
responde México desde la educación básica a esas voces? ¿En qué sentido y con
qué ritmo se reforman las instituciones educativas y culturales?
Sus alcances
Los estudios que provienen por igual de
las ciencias sociales o naturales y de los propios artistas y educadores
demuestran que la exposición de los niños a la música mejora sustancialmente su
raciocinio espacio-temporal, y enfatizan que la unión de la educación y las
artes opera positivamente en el tejido neuronal de los menores, fortalece la
autoestima, salvaguarda la identidad cultural y propicia el pluralismo, el
reconocimiento y el respeto por los otros.
En
noviembre de 1999 el director general de la UNESCO, después de lamentar la
ausencia de la educación artística en todas partes, realizó un llamado
internacional en favor de la promoción de la enseñanza artística obligatoria
desde jardín de niños hasta el último año de secundaria. Proponía la
integración de los artistas con el proceso de enseñanza aprendizaje. Alentar su
integración a las escuelas para coordinar talleres de creación artística entre
la comunidad escolar. La meta es alcanzar una enseñanza más equilibrada, donde
la educación artística se encuentre en condiciones de igualdad con las
matemáticas, las ciencias naturales y el español.
Los programas en México
La educación artística en la educación básica de
México presenta enormes rezagos históricos. Se comprende fácilmente este
lamentable estado de cosas cuando se revisan los planes y programas de estudio
de las escuelas normales del país y los programas oficiales de la educación
básica. La función asignada a la educación artística, tanto en su concepción
teórica como en el tiempo destinado a su cultivo, ha sido, con la excepción de
prescolar, explícitamente suplementaria.
No
obstante, la actual administración federal cambió radicalmente esa concepción.
En el Programa Nacional de Educación 2001-2006 (PNE) se reconoce la necesidad
que tiene la educación artística de especificar sus contenidos, mejorar su
calidad y lograr una mayor cobertura. Y lo más relevante: eleva la educación
artística en el currículo de la educación básica al nivel de la formación
científica, matemática y humanística (p.33).
En
correspondencia con esa idea nacieron este sexenio programas específicos y
redes tecnológicas que, como instancias mediadoras, promueven el acercamiento
del arte con la educación. Se conformó en 2001, desde el Centro Nacional de las
Artes (Cenart), la red de las artes para teleaulas, que suman más de 50 en el
país; se fundó, dentro del sistema Edusat, el canal de las artes (23) con una
programación fundamentalmente vinculada con las bellas artes y una de sus
barras prioritarias es La formación docente en Educación por Arte. Existe
también el Programa Nacional de Educación Artística (PNEA), cuyo propósito es
estimular la investigación y la educación artística, el Programa de Apoyo a la
Docencia, Investigación y Difusión de las Artes (PADID) y la maestría en
Desarrollo Educativo (Conaculta-Cenart).
Educación artística
La
SEP, por su parte, editó en 2000 el Libro para el maestro. Educación Artística
Primaria. El curso de actualización para maestros "Las artes plásticas en
la escuela" va en su tercera edición (2003) y se impartió en 20 estados
del país. En este tenor, la Vaca independiente AC, en coordinación con la SEP,
impulsó en 200 escuelas del Distrito Federal y algunos estados un programa
piloto denominado IDA, Desarrollo de la Inteligencia a través del Arte, basado
en el método Visual Thinking Curriculo, del Museo de Arte Moderno de Nueva
York.
Se
trata de políticas públicas -y logros de ONG- inéditas y muy importantes para
impulsar la educación artística en México; sin embargo, son de esfuerzos aún
muy concentrados en la zona metropolitana de la capital del país o dirigidos a
públicos privilegiados, fundamentalmente urbanos. Si pensamos en la matrícula
de 24 millones y medio de estudiantes de educación básica que registra México,
en el más de un millón de profesores de ese nivel y en las 203 mil 970
escuelas, entonces la idea de una educación artística para todos, sin
desconocer los esfuerzos recientes, está todavía muy lejos de cumplir con el
llamado de la UNESCO e incluso con el propio PNE.
Educación Prescolar
La formación de profesores de educación prescolar
sólo contempla dos semestres, el tercero y el cuarto, con materias relacionadas
con el área: se trata de expresión y apreciación artística I y II. Cuando el
programa oficial de las escuelas formadoras de educadores se refiere a la
expresión artística, lejos de enfatizar su relevancia como asignatura
fundamental, lo hace asociándolo con las actividades de educación física y
actividades deportivas.
De acuerdo con el programa de educación
prescolar vigente, que nada tiene que ver con las bien intencionadas ideas
plasmadas en el PNE, las artes a las que formalmente el niño tendría
acercamiento son la música, las artes escénicas y artes visuales, artes
gráficas y plásticas, y literatura. Es casi imposible que con sólo dos cursos
de educación artística los docentes puedan cumplir un currículo tan ambicioso.
Como muchos investigadores han subrayado, en los hechos la educación artística
en este nivel está en relación directa con la formación y actualización de los
docentes en el área. Por consiguiente, y aunque siempre existen honrosas excepciones,
la educación artística es más el resultado de la improvisación ligada a la
propia concepción de arte que el educador tiene, que de una sistemática y
planeada labor pedagógica en esa dirección. De él dependen el método y la
naturaleza de la educación artística. En el mejor de los casos, adaptar el
programa de estudios vigente al PNE supone, por lo menos, una reforma profunda
de las escuelas normales del país y mayores estímulos a los profesores
interesados -es imposible, por ahora, pensar en todos- en especializarse y
actualizarse en educación artística.
Educación primaria
El programa de educación primaria
vigente es de 1993 y no existe una muestra más clara de la posición subordinada
de la educación artística con respecto a las matemáticas, al español y a las
ciencias naturales, que la distribución de los tiempos asignados a cada
materia. Pero no es todo, en su capítulo dedicado a la educación artística, se
establece sin rodeos que "el programa de educación artística tiene
características que lo distinguen de aquellos con un propósito académico más
sistemático... sin ajustarse a contenidos obligados, ni a secuencias
preestablecidas". El maestro selecciona, de las actividades sugeridas, las
que su entender del arte le dictan. Es contrastante en extremo el carácter
lúdico de prescolar y la solemnidad innecesaria, carente de arte, de la
educación primaria.
En
la última reforma al plan de estudios de las normales (1997) la educación
artística observa prácticamente el mismo limitado tratamiento que tiene el programa
de estudios de primaria. Es decir, aunque son tres los cursos dedicados a la
materia, ninguno de ellos se ubica en la lista de las materias fundamentales y
la educación artística se encuentra junto a la educación física y las
actividades deportivas en general. Una materia de relleno.
En
la primaria el programa reconoce, para los seis grados, cuatro asignaturas
asociadas con la educación artística, a saber: expresión y apreciación musical,
danza y expresión corporal, apreciación y expresión plástica, y apreciación y
expresión teatral. Al llegar a sexto grado el programa supone que el niño
podría apreciar diversos estilos musicales y participar en la creación de una
narración sonora (Expresión y apreciación musicales). Además, en lo que
corresponde a danza y expresión corporal, el niño sería capaz de distinguir las
características de las danzas y los bailes, hasta la ejecución de secuencias de
pasos de baile a partir de un diseño dancístico y su representación para la
comunidad escolar.
En
lo que respecta a la apreciación y expresión plásticas se habla de la
utilización de diferentes técnicas para la elaboración de proyectos artísticos.
La idea es terminar con la realización de una muestra gráfico-plástica. De
igual manera, en la apreciación y expresión teatral se propone la adaptación,
montaje y escenificación de un guión teatral, registro de diálogos y efectos
sonoros y caracterización de un personaje.